viernes, 27 de febrero de 2009

Arquitectura: La Arquitectura como uno de los principales promotores turísticos del siglo XXI.


En la actualidad, el turismo es una de las industrias que genera mayores ingresos económicos, por esa razón con mayor frecuencia gobiernos y empresarios invierten gran cantidad de recursos en infraestructura urbana y en arquitecturas que mejoren y renueven la imagen de sus ciudades, pues ambas desempeñan un papel fundamental en la elección del destino de viaje de muchos turistas.










Durante muchos años, la promoción turística se hacía a través de guías de viaje, folletos, catálogos, libros y revistas, los cuales tenían una función puramente informativa y comercial muy elemental.

Hacia finales de la década de los sesenta, la promoción de los destinos de viaje ha cambiado drásticamente pues las estrategias de difusión se diseñan pensando en que la imagen de las ciudades funciona como el logotipo para una empresa.

En la actualidad el reconocimiento de un -icono turístico- es tan importante para una ciudad como lo es la marca de un producto, pues lo que busca es generar confianza, y por ende, negocio. De esta forma la promoción de los diferentes destinos turísticos ha experimentado un gran cambio, que pasó de la difusión de información a la promoción de emociones que pudieran transmitir a diferentes tipos de público mensajes relacionados con concepto patrimonial del propio territorio. Así pues, la estrategia de posicionamiento turístico, sobre todo desde los años noventa responde en gran medida a: la imagen que transmite una ciudad a los visitantes, el público hacia el cual dirige su mensaje y a los atributos –tangibles o intangibles- que tiene un lugar.

Las ciudades que mejor han entendido la relación entre su -marca- y desarrollo económico han reportado diversos beneficios para sus ciudadanos: atracción de turismo, empleos, y una mayor derrama económica. La Arquitectura visionaria y audaz ha sido uno de los mejores recursos para la creación de iconos turísticos, que en algunos casos han cambiado radicalmente la vida de las ciudades donde se encuentran.

Un ejemplo de ello es el Museo Guggenheim de Bilbao, diseñado por el arquitecto Canadiense Frank Gehry. El museo constituyó uno de los elementos más importantes para la transformación de Bilbao, que de ser una ciudad provinciana y gris se convirtió en una ciudad cosmopolita y culta. La importancia del museo como símbolo es incuestionable, pues desde su aparición le ha proporcionado a Bilbao una imagen que no había tenido nunca pues su conjunto es hoy un elemento que despierta la admiración de todo el que se acerca a él. La regeneración de la ciudad, el cambio de una economía industrial por otra basada en servicios avanzados dio paso al denominado -efecto Bilbao-, un fenómeno turístico, que atrajo a cientos de viajeros internacionales hacia esta localidad. De esta forma, la imponente estructura de Titanio colocó dentro del mapa turístico a Bilbao que ahora recibe a 1.4 millones de visitantes al año, más del cincuenta por ciento de ellos lo hace con el único objetivo de conocer esta impresionante obra maestra de la Arquitectura.

Dubai es otro ejemplo de lo importante que resulta la creación de una imagen o marca de ciudad. Esta pequeña ciudad árabe hasta hace pocos años era identificada más como un importante centro financiero del mundo islámico que como un centro turístico. Todavía hacia finales del siglo pasado la ciudad habitada por apenas un millón de personas era prácticamente desconocida como destino turístico, sin embargo a raíz de la millonaria inversión inmobiliaria realizada a partir del año 2000 por empresarios petroleros es hoy uno de los destinos turísticos más importantes a nivel internacional. Este exclusivo desarrollo urbano alberga oficinas, hoteles, centros culturales y educativos, centros de espectáculos y espacios habitacionales diseñados con las más extravagantes formas. Sus impresionantes edificios, en los que la imaginación y la tecnología han sido llevados al límite atraen la atención de una gran cantidad de turistas, de hecho, la ciudad hoy ocupa el séptimo lugar mundial en turismo internacional pues atrae a 6.1 millones de visitantes al año, una cifra que representa 5 veces su población, conformada solamente por 1.2 millones de habitantes.

Los eventos deportivos como juegos olímpicos y mundiales de fútbol son también algunos de los acontecimientos más importantes para la construcción de iconos arquitectónicos y para la promoción turística. En este caso, el evento mismo es el promotor de la ciudad, sin embargo es de gran importancia que las ciudades renueven su imagen y generen iconos que la población mundial pueda reconocer fácilmente.

Las instalaciones deportivas se convierten el logotipo de la ciudad, es por eso que en el diseño de las mismas los arquitectos recurren con mayor frecuencia a soluciones formales y estructurales cada vez más complejas y atrevidas. Como ejemplo está la impresionante transformación arquitectónica que experimentó China con motivo de los Juegos Olímpicos de Beijing. En este país, además de invertir en la creación de estadios el gobierno y los empresarios invirtieron una gran cantidad de recursos en importantes recintos culturales que al igual que los grandes monumentos arquitectónicos construidos en la Europa antigua de la reflejan una imagen que se relaciona estrechamente tanto con el fermento intelectual como con la supremacía económica.

Una de las características más interesantes de esta nueva arquitectura china es que convive estrechamente con la arquitectura antigua, lo que ha sido un acierto para la promoción turística pues la integración de lo nuevo y lo antiguo ha atraído a este país a viajeros curiosos impactados por el fenómeno mediático de las olimpiadas, sino también a personas con una mayor cultura visual y artística, que deseen disfrutar tanto del arte de la china milenaria como de la innovadora arquitectura del siglo XXI.

Además de los iconos arquitectónicos diseñados al interior de las grandes ciudades, recientemente se desarrollan algunos proyectos mucho menos convencionales diseñados en ambientes poco dominados por el hombre: sobre el agua y sumergidos en ella, surcando los cielos, e incluso sobre la superficie de la luna.

Todos estos proyectos ya son íconos arquitectónicos de su ciudades de origen, que por su calidad estética seguramente las generaciones futuras los considerarán como los íconos arquitectónicos del siglo XXI.

Liliana Ochoa [arq.com.mx]