La compañía hizo la recreación de una casa donde la domótica se encuentra en todos y cada uno de sus rincones, a manera de un museo.
Uno de los edificios de la sede de Microsoft en Redmond (Seattle) alberga la Casa del Futuro (Microsoft Home), la recreación de un hogar donde la domótica se encuentra en todos y cada uno de sus rincones. Aunque, como precisa Flora Peabody, directora del programa de Estrategia y Prototipos de Consumo de la empresa, no pretenden "marcar el camino ni asegurar que el futuro tenga que ser así", sino "mostrar opciones de cómo se podrían hacer las cosas".
La casa fue creada hace 15 años con el objetivo de mostrar las innovaciones que podrían ir viéndose en nuestros hogares durante la década siguiente. Los avances introducidos desde entonces han sido sustanciales, hasta el punto de que quienes ya la han visto antes se sorprenden de cómo ha cambiado el futuro. Algunos de los productos de Microsoft que se encuentran en el mercado nacieron en esta Casa del Futuro; es el caso del Tablet PC o del Windows Media Center.
La integración con Internet se manifiesta en cada habitación de la casa, desde el tablón de anuncios a la manera de gestionar y disfrutar de todo el contenido multimedia, "que selecciona miles de canales de televisión, archivos de vídeo y audio, correos electrónicos y blogs" desde un único dispositivo, explica Peabody. El objetivo es "mejorar la experiencia del usuario aprovechando toda la información que se encuentra a nuestro alcance, en este caso, en la Red", añade la ejecutiva.
Así, se puede leer una revista digital en la mesa del cuarto de estar, desde donde podemos manejar el televisor que tenemos enfrente interactuando con las imágenes. Es como una visita a un museo, en cuyo recorrido, muestra la directora de Prototipos, "un hijo dejara a su madre una nota llamando su atención sobre una obra en particular, en la que puede hacer click desde la mesa para voltearla y verla desde diferentes ángulos; nunca antes una visita a un museo se había podido realizar así".
Decorar a la carta
En este sofisticado hogar, en el que las órdenes por voz son la norma, una constante en toda la casa es la instalación de proyectores. Gracias a ellos no sólo es posible ver la televisión, cuya pantalla se sustituye por una fina lámina de cristal, sino decorar a la carta cualquier habitación ajustando las imágenes a los marcos de las puertas o de las ventanas, reemplazando a la pintura o al empapelado de paredes. "Se puede cambiar la decoración al gusto, varias veces al mes si se desea", explica la responsable de Microsoft. Es el caso del dormitorio de los niños, en el que mediante diodos orgánicos de emisión de luz (OLED) las paredes se decoran con su música preferida, videoclips o páginas web.
Acompañando a estas proyecciones, unos sensores reconocen objetos e interactúan de manera inteligente. La encimera de la cocina está dotada de esta inteligencia y no sólo despliega complejas recetas de cocina sino que, "en los casos de las personas mayores", explica Peabody, "sólo han de dejar los frascos de las pastillas en la encimera y el sistema proyecta sobre esta las indicaciones de las dosis que han de tomar". No sólo reconocen los envases, sino las píldoras, evitando así errores en las dosis al haber confundido los frascos.
Visto el despliegue tecnológico en toda la casa, uno se pregunta si es energéticamente sostenible, si sus consumos respetan el cuidado por el medio ambiente, más allá de insertar sensores en las plantas que miden con extrema exactitud el nivel de humedad que requiere la tierra. En este sentido, toda la casa está dotada de sistemas inteligentes de iluminación y climatización, "por lo que el consumo de energía es lo más eficiente posible", se apresura a matizar la experta. Puntualiza, además, que "el despliegue que hay en esta casa no ha de ser el de una vivienda habitual, ya que esto no deja de ser un mero escaparate en el que se conjugan tecnologías para todos los gustos, desde los de ejecutivos de edad avanzada que visitan la instalación, al de niños o amas de casa".
La casa fue creada hace 15 años con el objetivo de mostrar las innovaciones que podrían ir viéndose en nuestros hogares durante la década siguiente. Los avances introducidos desde entonces han sido sustanciales, hasta el punto de que quienes ya la han visto antes se sorprenden de cómo ha cambiado el futuro. Algunos de los productos de Microsoft que se encuentran en el mercado nacieron en esta Casa del Futuro; es el caso del Tablet PC o del Windows Media Center.
La integración con Internet se manifiesta en cada habitación de la casa, desde el tablón de anuncios a la manera de gestionar y disfrutar de todo el contenido multimedia, "que selecciona miles de canales de televisión, archivos de vídeo y audio, correos electrónicos y blogs" desde un único dispositivo, explica Peabody. El objetivo es "mejorar la experiencia del usuario aprovechando toda la información que se encuentra a nuestro alcance, en este caso, en la Red", añade la ejecutiva.
Así, se puede leer una revista digital en la mesa del cuarto de estar, desde donde podemos manejar el televisor que tenemos enfrente interactuando con las imágenes. Es como una visita a un museo, en cuyo recorrido, muestra la directora de Prototipos, "un hijo dejara a su madre una nota llamando su atención sobre una obra en particular, en la que puede hacer click desde la mesa para voltearla y verla desde diferentes ángulos; nunca antes una visita a un museo se había podido realizar así".
Decorar a la carta
En este sofisticado hogar, en el que las órdenes por voz son la norma, una constante en toda la casa es la instalación de proyectores. Gracias a ellos no sólo es posible ver la televisión, cuya pantalla se sustituye por una fina lámina de cristal, sino decorar a la carta cualquier habitación ajustando las imágenes a los marcos de las puertas o de las ventanas, reemplazando a la pintura o al empapelado de paredes. "Se puede cambiar la decoración al gusto, varias veces al mes si se desea", explica la responsable de Microsoft. Es el caso del dormitorio de los niños, en el que mediante diodos orgánicos de emisión de luz (OLED) las paredes se decoran con su música preferida, videoclips o páginas web.
Acompañando a estas proyecciones, unos sensores reconocen objetos e interactúan de manera inteligente. La encimera de la cocina está dotada de esta inteligencia y no sólo despliega complejas recetas de cocina sino que, "en los casos de las personas mayores", explica Peabody, "sólo han de dejar los frascos de las pastillas en la encimera y el sistema proyecta sobre esta las indicaciones de las dosis que han de tomar". No sólo reconocen los envases, sino las píldoras, evitando así errores en las dosis al haber confundido los frascos.
Visto el despliegue tecnológico en toda la casa, uno se pregunta si es energéticamente sostenible, si sus consumos respetan el cuidado por el medio ambiente, más allá de insertar sensores en las plantas que miden con extrema exactitud el nivel de humedad que requiere la tierra. En este sentido, toda la casa está dotada de sistemas inteligentes de iluminación y climatización, "por lo que el consumo de energía es lo más eficiente posible", se apresura a matizar la experta. Puntualiza, además, que "el despliegue que hay en esta casa no ha de ser el de una vivienda habitual, ya que esto no deja de ser un mero escaparate en el que se conjugan tecnologías para todos los gustos, desde los de ejecutivos de edad avanzada que visitan la instalación, al de niños o amas de casa".
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