El concepto de edificio inteligente gira en torno a los principios de diseño interdisciplinario, flexibilidad, integración de servicios, administración eficiente y mantenimiento preventivo. A partir de ello se puede definir como aquella edificación que desde su diseño hasta la ocupación por el usuario final centra su objetivo en el ahorro de energía y recursos.
Diversas edificaciones de sistemas de control central ya tienen la capacidad de administrar energía, automatizar actividades,eficientar telecomunicaciones y controlar la seguridad de ocupantes e instalaciones, entre muchas cosas más.
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El diseño de las instalaciones debe incorporar flexibilidad, característica que permite integrar en la edificación las tecnologías que se desarrollen a futuro, así como la modificación de su distribución física. Tales inmuebles también se caracterizan por la seguridad y la operación realizada mediante un estricto control y acciones de mantenimiento preventivo. En la actualidad, el concepto de edificio inteligente ha traspasado fronteras y ha llegado a otro tipo de construcciones nuevas o remodelaciones, distintas de las tradicionales oficinas corporativas, como son hospitales, hoteles, bancos, museos, estacionamientos y casas inteligentes, entre otras.
Características. Las instalaciones eléctricas en edificios comprenden una serie de sistemas que van más allá de la iluminación y la fuerza motriz. Así se pueden encontrar sistemas de audio, TV, video, comunicaciones, acondicionamiento de ambientes, computación, seguridad contra intrusos, puertas y persianas automáticas, alarmas contra incendio, detectores de gas, bombas pluviales y cloacales y muchos más. Y aunque no sea una novedad, la irrupción de las computadoras y las redes que las alimentan e interconectan es uno de los más notorios ingredientes en la nueva organización de los espacios en los edificios modernos. Hace un tiempo existía una clara diferenciación entre los niveles que tenían o no acceso a las computadoras; hoy es evidente que esa herramienta ya aparece en los edificios a partir de la recepcionista y resulta difícil prever límites de esa expansión creciente. La demanda. Con el avance tecnológico y la reducción de los costos de fabricación, muchas aplicaciones que antes sólo estaban reservadas para su uso en grandes redes corporativas de oficinas e industrias, han pasado a ser accesibles para las instalaciones en edificios y viviendas en general. Además las demandas de espacio físico para estos sistemas es cada vez menor, lo mismo que las exigencias en cuanto a disipación del calor resultante. Por ello ya no resulta sorprendente que se incluyan capacidades para un control inteligente de aparatos, luces, diferentes tipos de alarma y reacción a las emergencias, que permiten compartir y enlazar las funciones de los distintos componentes que los forman.
Características. Las instalaciones eléctricas en edificios comprenden una serie de sistemas que van más allá de la iluminación y la fuerza motriz. Así se pueden encontrar sistemas de audio, TV, video, comunicaciones, acondicionamiento de ambientes, computación, seguridad contra intrusos, puertas y persianas automáticas, alarmas contra incendio, detectores de gas, bombas pluviales y cloacales y muchos más. Y aunque no sea una novedad, la irrupción de las computadoras y las redes que las alimentan e interconectan es uno de los más notorios ingredientes en la nueva organización de los espacios en los edificios modernos. Hace un tiempo existía una clara diferenciación entre los niveles que tenían o no acceso a las computadoras; hoy es evidente que esa herramienta ya aparece en los edificios a partir de la recepcionista y resulta difícil prever límites de esa expansión creciente. La demanda. Con el avance tecnológico y la reducción de los costos de fabricación, muchas aplicaciones que antes sólo estaban reservadas para su uso en grandes redes corporativas de oficinas e industrias, han pasado a ser accesibles para las instalaciones en edificios y viviendas en general. Además las demandas de espacio físico para estos sistemas es cada vez menor, lo mismo que las exigencias en cuanto a disipación del calor resultante. Por ello ya no resulta sorprendente que se incluyan capacidades para un control inteligente de aparatos, luces, diferentes tipos de alarma y reacción a las emergencias, que permiten compartir y enlazar las funciones de los distintos componentes que los forman.
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